viernes, 11 de noviembre de 2011









Caminé al costado de los muros

Les acaricié los renglones

y los huecos inútiles

se los admiré en silencio


Iban mis ojos por lo escondido

y las intenciones



Hasta que la pared dobló

Me enfrentó

Y ya no pude, no

No pude avanzar más



Entonces

con los mismos ojos

ahora trizados

y las grietas en los dedos

encontré el nombre del laberinto



desde adentro