lunes, 14 de septiembre de 2009


Y si escribo, es entre ruidos.
Ruidos que no terminan, que invaden y atraviesan.
Ruidos de esos, los inevitables, los necesarios. Los que se buscan como parte de uno, de la preciosa necesidad de que el día sea cierto y ellos estén.
Ellos, los ruidos, los eternos ruidos de los mil nombres.

Entonces.
Si los ruidos son míos.
Si llevan mi nombre en la espalda.
Si ellos mismos se me suben por todos los rincones para decirme que están, que llegaron, que tuvieron buen día y me extrañaron, que dónde estabas y a qué hora volvés, que esto es más importante porque vos lo sos para mí, que la fecha era ayer y un favorcito nada más, vos que podés y te sale tan bien.
Si todos mis ruidos andan circulándome para abrazar lo que soy...
¿Acaso es culpa de ellos que yo no logre hilvanar palabras?
¿Acaso ellos deberán cargar encima de sus propias espaldas tan pequeñas, tan milagrosamente perfectas, la responsabilidad de mis silencios?
¿Son estos ruidos los que me quitan las palabras esquivas y a contramano?
Basta.
Que vengan mis ruidos a poblarme
Que vengan y se aniden
Que me enseñen nuevos lenguajes en nuevas voces
Tal vez este es el tiempo, el desafío, la verdad
Tal vez hoy deba hablar de ellos

domingo, 13 de septiembre de 2009

Excusa I


A simple vista los proyectos suelen parecer más fáciles.
En cualquier imaginación todo es accesible y está ahí, al alcance de la mano y de la palabra... pero de golpe (y a golpes) un detalle, por mínimo que quiera mostrarse el muy ingenuo, desmantela toda la puesta en escena. Un solo detalle olvidado o desconocido... y entonces sucede: el desmayo teatral de lo que se creyó ciertoo.
Tal vez ahí resida el eje del aprendizaje y del arte: ensayo de prueba, ensayo de error. Mil veces, innumerables veces, insoportables e indómitas veces. Hasta el cansancio. En una perseverancia que no tengo, que desconozco, que rechazo.

martes, 1 de septiembre de 2009

"Laberinto de Voces"

Puedo visitar todos mis recuerdos
moviendo la memoria
en no más de dos cuadras
a la redonda

Por acá, más allá
se me acaban
Pocos quedan
salpicados

Pareciera
que la vida se me concentró
entre cuatro esquinas
esenciales

(DEL LIBRO INÉDITO "LABERINTO DE VOCES" 2007)